Rumbo a Gaza

Rumbo a Gaza

sábado, 9 de mayo de 2009

Paisajes del Muro

Fotografías de checkpoints, muro, frontera...

Durante los tres años que dura el servicio militar -dos años para las mujeres- los jóvenes van permanentemente acompañados por su fusil M16, que llevan a excursiones, cuando salen los fines de semana por la noche, etc.,

También viajan con sus armas.

Mientras prestan el servicio militar pueden usar los transportes públicos gratuitamente, y cuando no hay sitio suficiente, como en el caso de este autobús, duermen en el suelo acompañados por su inseparable M16.



Tras el muro se puede observar parte de la pista del aeropuerto de Qalandia (uno de los dos en tierra palestina). Está en las afueras de Ramallah, inoperativo, abandonado y rodeado por el muro de ocupación.





El otro aeropuerto estaba en Rafah, Gaza. Fue inaugurado en 1998 con un coste de 38 millones de dólares, 25 de los cuáles fueron aportados por el gobierno español. José María Aznar fue el primer dirigente no árabe en aterrizar en su pista. A la derecha de la siguiente fotografía está la línea roja del armisticio sobre la que tres años más tarde bulldozers israelíes pasaron para arrasar la pista al tiempo que aviones de ataque bombardearon la torre de control y la terminal. Se pueden llegar a apreciar los daños en la pista de aterrizaje -segmentada por los destrozos de las perforaciones- en la foto aérea de google earth.





El muro no llega a ser un obstáculo insalvable para los pájaros.




Esta es una torre de vigilancia abandonada junto al checkpoint operativo de Qalandia. En el muro se pueden encontrar también graffitis de Banksy, un artista británico que ha puesto arte al servicio de la crítica y la denuncia.



Grupo de niñas jugando al corro en la frontera con Gaza en Rafah.



Soldados cerrando la valla electrificada que junto al muro encofra con 4 kilómetros de perímetro la ciudad de Qalqiliya y sus 50.000 habitantes dentro del territorio palestino.



Escáner y tornos metálicos en los checkpoints.



Como en Estados Unidos, Israel permite la posesión de armas, con el añadido de que además se pueden lucir tranquilamente en la calle y no es necesaria la discreción.



En la mezquita de Hebrón, tanto para pasar por la parte musulmana como por la israelí, hay soldados y checkpoints.



Pasillos de barrotes metálicos para conducir a la gente en los checkpoints. Este es el que separa Ramallah de Jerusalem.



Tras pasar los controles de escáner y detector de metales está el control de documentación.



Soldados en el checkpoint de Hawara, a la salida de Nablus en dirección a Ramallah.



Soldados patrullando por el mercado de Hebrón. Casi todos los puestos están cerrados con las puertas soldadas porque se aduce tema de seguridad. Una vez clausurados y abandonados los establecimientos, los colonos israelíes construyen allí sus casas aumentando el asentamiento.



Checkpoint en Hebrón, junto al asentamiento israelí, con los soldados realizando un rutinario control de pasaportes.



Excepto los núcleos urbanos palestinos, el resto del territorio está o bien ocupado o bien con control civil y militar israelí. Este señor estaba realizando unas obras en un pueblo con una excavadora y el ejército le impide continuar con su trabajo. Es una de las muchas tácticas para impedir que los palestinos puedan construir casas nuevas en su propio territorio -en otras zonas, como Jerusalem, no se dan permisos para obra nueva ni para reformas y además se demolen casas árabes para construir asentamientos judíos-.



Dos fotografías de manifestantes en el muro cercano a Bil'in con el ejército al fondo antes de que comiencen a disparar bombas de gas lacrimógeno y balas de goma.



Muro de separación en Belén con la inscripción "Que la paz sea con vosotros". Rodea completamente Belén con una altura de 8 metros. Al leer ese lema fue inevitable que me invadieran las mismas sensaciones de indignación que en la frase "Arbeit macht frei" de Sachsenhausen (escrito a la entrada de lo que en principio era un campo de trabajo y luego evolucionó a uno de concentración).
El muro unos lo llaman de ocupación y otros de seguridad; esperemos que Belén y otros territorios no sigan el mismo camino. Lamentablemente el comienzo ha sido el mismo: privación de libertad, abusos, desplazamientos, experimentación -como el armamento en Gaza-, etc.,

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