Rumbo a Gaza

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sábado, 18 de abril de 2009

Apuntes históricos (II): la Declaración Balfour

Cronológicamente anterior a la primera entrada sobre apuntes históricos del mes de marzo incluimos estos otros hitos en la historia de la zona.

Es recurrente pensar que el estado de Israel fue una concesión de Europa como compensación por el Holocausto, pero lo cierto es que la colonización sionista comenzó cincuenta años antes de la división de Palestina.

Desde finales del siglo XIX y tras el Primer Congreso Sionista de Basilea ya se miró hacia ese territorio como el futuro hogar judío (remitimos a la entrada "Libro de la semana: El estado judío"). Tras pasar por varias fases (compras de terrenos más o menos legales, presiones políticas, etc.,) acaban constituyéndose grupos armados como el Irgún y surgen ideólogos como David Ben Gurion que por la fuerza terminarán imponiendo la idea de un estado limpio de no-judíos.

Durante el protectorado británico en Palestina (a partir de 1916 y hasta 1947) se ve con buenos ojos la colonización judía de esos territorios y ya al año siguiente, el 2 de noviembre de 1917, Arthur James Balfour, secretario del Foreign Office, envía una carta al Barón de Rothschild -líder de la comunidad judía británica y uno de los patriarcas de la famosa saga de banqueros- apoyando la creación de un estado judío bajo amparo británico:


Foreign Office
2 de noviembre de 1917



Estimado Lord Rothschild:


Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él.

"El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país".

Le quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la Federación Sionista.


Sinceramente suyo,
Arthur James Balfour.




Ya desde 1917 los esfuerzos por lograr llevar a cabo ese estado fueron firmes y no tienen nada que ver con esa compensación por la barbarie de la Segunda Guerra Mundial.

Sus medios llegaron a ser abrumadoramente contundentes y tuvieron como colofón el coche-bomba en el Hotel King David tras el anuncio por parte del gobierno británico de controlar las fuerzas armadas -grupos paramilitares entonces- sionistas a través de lo que los ingleses llamaron Operación Agatha (también conocido como Black Sabbath). El hotel era el cuartel general británico en Jerusalem y allí guardaban los documentos que vinculaban la Agencia Judía con el Movimiento de Resistencia Judío. A pesar de los avisos de bomba el hotel no fue evacuado.

La respuesta a esa Operación Agatha, comandada por Menahem Begin (posterior Primer Ministro), fueron 350 kilos de dinamita cargados en una furgoneta de reparto de leche y que destrozaron el ala sur del hotel causando 96 muertos y decenas de heridos. Más de la mitad árabes, una cuarta parte ingleses, varios judíos y ciudadanos de algunos otros países extranjeros.


Hoy se puede ver en el hotel una placa conmemorativa del hecho en la que se rinde homenaje a los tres terroristas sionistas que murieron poniendo la bomba (otros miembros del comando, como Eitan Livni, padre de Tzipi Livni, salieron vivos y pudieron continuar con sus hazañas). Por supuesto, ni rastro de referencia a los "daños colaterales", solo a los patriotas.

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