Partiendo de Jerusalem bajamos a Eilat, en el Mar Rojo. Desde este punto, junto a la frontera egipcia de Taba, se divisa al este Jordania (con las impresionantes montañas que se ven en la fotografía), a 20 kilómetros hacia el sur tenemos Arabia Saudí, al oeste la península del Sinaí y al norte el Mar Muerto.

Eilat es una ciudad para el turismo con innumerables visitantes de Europa del este, sobre todo rusos, y un buen punto de partida para poder hacer una escapada a la cercana Petra.
Una vez en territorio egipcio a través de la frontera de Taba tomamos un taxi que nos lleva a El Arish, donde quedamos asombrados por el ordenado caos que es el denominador común en la vida cotidiana de Egipto.


En los alrededores de esta ciudad vivimos una leve tormenta de arena que deja estampas preciosas, entre ellas unos intrépidos jugadores de fútbol.










Desde Al-Tahrir Sq., pleno centro de la ciudad, se observa el Museo Egipcio a la izquierda y al lado de los carteles publicitarios está nuestra habitación del Sun Hotel.








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