Rumbo a Gaza

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jueves, 19 de marzo de 2009

Beduinos y asentamientos

A pocos kilómetros de Ramallah, en dirección a Jericó, se pueden ver beduinos en los márgenes de la carretera.

Su forma de vida, errante, es sencilla: ganado, algo de trueque y poco más. En sus casas tipo haima no hay sitio para comodidades y cuenta con algunas viejas alfombras raídas, escasos utensilios y un pedazo de bidón metálico para cocinar. La mayoría de los niños y niñas van descalzos y con los cinco o seis grados que hacía en ese momento daban la sensación de soportar mejor el frío que nosotros, que íbamos ataviados con plumas y polares.

Como suele pasar con todas las poblaciones nómadas su forma de vivir no es muy del agrado del resto del país y con frecuencia son expulsados de los lugares que habitan por los israelíes para construir sus asentamientos (son las urbanizaciones que constituyen nuevas ciudades y que se ven al fondo).

Los asentamientos son nuevas poblaciones en las zonas de ocupación y que están conectadas con Israel por carreteras propias y con protección militar. La forma crearlas es sencilla: se traza una nueva zona de seguridad, se expulsa a los habitantes de esa zona (pequeñas poblaciones palestinas y beduinos) y se construye una nueva ciudad donde se proporciona casa a los nuevos habitantes, muchos de ellos llegados por la Aliyá o "Llamada" que se hace a los judíos que viven en cualquier país para la inmigración a lo que denominan Tierra de Israel. Según la condición social se les destina a lugares más o menos agradables para vivir y con diferentes tipos de ocupaciones de más o menos categoría.
En esa expulsión se acaba con cualquier rastro de los antiguos habitantes. La forma más radical y más ofensiva para un palestino de ser expulsado es demoler su casa y talar sus árboles (frutales, olivos, almendros...).

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